CHURILLO LA HISTORIA A UN PASO

A menos de una hora  de Chachapoyas, con un soberbio panorama que permite la vista de varios pueblos del Valle del Sonche, se alza Churillo, una Llacta o Pueblo Chachapoya en sorprendente estado de conservación.

Quizá el resto arqueológico más accesible de la cultura Chachapoya, a solo tres o cuatro metros encima de la carretera que lleva a Nuevo Olmal y Vituya, deja ver desde la vía sus centenarios muros circulares, propios de la Cultura Chachapoya.

Aunque deteriorado por el paso del tiempo y por las actividades agrícolas que practican los propietarios del terreno en el que se asienta, Churillo muestra sorprendentes construcciones en muy regular estado de conservación que podrían restaurarse y convertirse en un nuevo producto para el turismo en Chachapoyas.

Las técnicas constructivas de la Llacta, no alcanzan la perfección de Kuélap, sus muros están construidos de piedras más pequeñas y están unidas por un relleno mas grueso. Estas características son apreciadas también en otros restos Chachapoya, ya que esta cultura estuvo formada por pueblos o tribus con costumbres y técnicas propias.

Entre las varias decenas de construcciones circulares que se pudo ver a primera vista, apreciamos también una vivienda de forma rectangular, que demostraría la presencia de la dominación inca en la zona.

Churillo se encuentra justo encima de la hacienda Sonche, una de las mas antiguas de la región, a pocos minutos de la carretera pavimentada que conduce a Rodríguez de Mendoza.

Unos kilómetros más allá, se encuentra la comunidad de Nuevo Olmal, un ejemplo de como un pueblo puede resurgir de sus tragedias con ingenio y trabajo, demostrando singulares avances en reforestación y aplicación de tecnologías agropecuarias de avanzada, como el cultivo de hongos, hidroponía y agraicultura.

Todo esto le dá a Churillo un gran potencial para convertirse en un producto turístico muy accesible, variado y cercano que enriquecería los circuitos que ofrece el destino Chachapoyas en la actualidad.