LÁMUD: Señorial, devota, misteriosa.
A apenas 40 minutos de Chachapoyas, Lámud se puede recorrer en un solo día, degustar reposadamente el sabor local de sus exquisitos cuyes, la cortesía y amabilidad de su gente, su devoción, su fe, o si lo prefiere, dar un breve vistazo a la ciudad regresando de la Caverna de Quiocta, el Valle de Huayllabelén, Pueblo de los Muertos, los Sarcófagos de Karajía u otro de los numerosos lugares turísticos de la provincia de Luya.

Pero a diferencia de ellos, Lámud le ofrece otro tipo de atractivos, le recomendamos iniciar el recorrido en la Plaza de Armas, allí está la iglesia principal donde se encuentra el Señor de Gualamita, patrón de la ciudad que celebra su fiesta en el mes de setiembre, es cuando la ciudad rebosa de visitantes y de gente del lugar, que emigró en busca de mejores horizontes y regresa a mostrar su fe y gratitud por el progreso alcanzado.
La iglesia de Lámud tiene también muchas imágenes muy antiguas que el pueblo de Lámud atesora celosamente con veneración y que acompañan la presencia del Señor de Gualamita.
Un poco mas retirada hay una pequeña capilla, casi ya en las afueras de la ciudad, guarda en su altar una excepcional imagen de apenas centímetros de altura que encierra una tierna y misteriosa historia que entremezcla una trama de inocencia, infancia y fe que te conmoverá.
Pero las raíces autóctonas del pueblo de Lámud se expresan en la gran fiesta del Hatun Luya, una gran celebración que se remonta hasta las épocas prehispánicas, haciendo renacer todos los pueblos de la zona un sentimiento regionalista que se manifiesta en una serie de celebraciones que incluyen gastronomía, danzas, música y diversas expresiones culturales que se extienden por varios dias, haciendo aún mas atractivo visitar Lámud en el mes de setiembre, también epoca de la fiesta patronal del Señor de Gualamita.
Está también el Eco museo San José con su molino de piedra que trasciende los años y nos muestra como era la vida y la actividad económica en el Lámud de antaño.
Y no dejes de hacer una no muy larga y reposada caminata hasta el cerro Lámud Urco y su gran mirador, desde donde puedes ver gran parte de la planicie que ocupan las ciudades de Luya y Lámud, la sensación de libertad es incomparable.
No te la puedes perder.